HEPATIC

Hepatic

La disfunción o sobrecarga del hígado puede provocar:

• Envenenamiento del hígado,
• Aumento del colesterol malo y de las grasas malas,
• Desequilibrio de azúcar en la sangre,
• Deficiencia de hierro,
• Alteraciones hormonales,
• Engordar,
• Debilidad del sistema inmunológico,
• Dolores de cabeza, náuseas, estreñimiento crónico.

El hígado tiene la extraordinaria capacidad de transformar y tornar inofensivas todas las sustancias no degradadas provenientes del intestino: sustancias tóxicas, fármacos, desechos, bacterias o virus, células anormales. Esta transformación se realiza en dos fases:
Fase 1 filtración de residuos,
Fase 2 transformación en sustancias inofensivas que volverán al torrente sanguíneo para ser reutilizadas o eliminadas en las heces u orina.
Si la degradación a nivel intestinal es óptima, si la mucosa desempeña perfectamente su papel de barrera selectiva, se reduce la cantidad de desechos y sustancias tóxicas que llegan al hígado.
Por eso hemos seleccionado nutrientes que equilibran las funciones tanto hepáticas como intestinales.

1. Optimización de las funciones hepáticas.

• Aporte de todos los elementos esenciales para la fase 1: antioxidantes y vitaminas del grupo B.
  Los antioxidantes están presentes en las espinacas , el girasol y el orégano . Las vitaminas del grupo B las aporta el salvado de avena .
• Los elementos que favorecen la fase 2 son esencialmente los aminoácidos azufrados que se encuentran en el brócoli.

La presencia de cardo mariano , romero , alcachofa , plantas utilizadas tradicionalmente para sostener el hígado, favorecer la digestión y la eliminación de toxinas, permite optimizar todas las funciones hepáticas.

2. Equilibrio de las funciones intestinales

El hígado y los intestinos son los pilares de nuestra salud. Cualquier desequilibrio de la flora, cualquier alteración de la pared intestinal, provocará una ingurgitación del hígado a largo plazo.